jueves, 27 de marzo de 2008

[cristinapresidente] DIFUNDIR - Algunas memorias ante las protestas del "campo argentino"


Algunas memorias ante las protestas del "campo argentino"

Argentina, justicia, reforma agraria, soberaná alimentaria,Justicia,Tierra y Libertad
 
 1- MOCASE VÍA CAMPESINA:
        Algunas memorias ante las protestas del "campo argentino"
        1- Nosotros, miembros de comunidades indígenas, campesinas y
campesinos organizados en territorios, hacemos memoria de que la
Tierra es un bien aún lleno de vida diversa, donde la humanidad y
los pueblos quieren desarrollar los sentidos de la existencia.

        2- Las grandes corporaciones de las cadenas agroindustriales
vienen imponiendo a los pueblos y países un modelo de producción
alimentaria cuyo único objetivo es la rentabilidad y concentración
de la riquezas en pocas manos con la complicidad activa de
gobiernos, empresarios y, en el caso del "paro del campo", de los
miembros de las cuatro entidades agropecuarias de Argentina.

        3- El doble discurso de los dirigentes de la FAA, los ha
 llevado a
un callejón sin salida. Sus prácticas reproducen el modelo de
saqueo y contaminación tanto de la tierra, los territorios, como
así también de su mentirosa pretensión de representar las luchas
más genuinas de los movimientos campesinos en Argentina.

        4- Este modelo neoliberal, de saqueo y contaminación,
 reproducen
nuevas formas de colonización y genocidio. ¿Qué hicieron estas
entidades cuando en la etapa menemista del neoliberalismo más
salvaje desaparecían más de 200 unidades familiares de producción
agraria?

        5- ¿Qué han hecho y hacen esas entidades agropecuarias ante los
asesinatos, cárceles, persecuciones, torturas y enfrentamiento con
paramilitares y topadoras que sufren hoy miles y miles de familias
de pueblos originarios y campesinos?

        6- Dicen hacer el paro por el No a las retenciones y No a la
desaparición de los pequeños y medianos productores, pero algunos
empresarios y productores que han contratado matones para
desalojar pequeños y medianos productores son miembros de esas
entidades.

        7- Rescatamos algo positivo de este paro de las entidades
agropecuarias y sus miembros: se sacaron la careta de luchadores
por un modelo de país digno, justo y para todos. Mostraron su
verdadero rostro: creen que el país es para unos pocos que
obedecen los dictámenes de las grandes corporaciones
transnacionales de la alimentación.

        8- Estamos en algo de acuerdo: el dinero de todos los impuestos
tendría que estar controlado por todos, porque todas y todos
pagamos impuestos en la Argentina, no solo los productores y
empresarios del campo. Proponemos mecanismos de participación
directa tanto de cómo producir riqueza como de la distribución de
la misma.

        9- Como un primer paso de acuerdos y consensos proponemos que el extra de las retenciones sirva para que no desaparezcan los
pequeños y medianos productores, artesanos, artistas, deportistas,
etc. Que esos fondos preparen el proyecto de una Reforma Agraria
Integral con Soberanía Alimentaria. Estaticemos las exportaciones,
que no queden más en manos de las grandes corporaciones
transnacionales.

        10- Con Vía Campesina decimos que la respuesta a la crisis
 global del precio de los alimentos: La Agricultura Familiar Sostenible
puede alimentar el mundo. Los alimentos no pueden ser objeto de
ganancias ilimitadas. La Biodiversidad es una riqueza de los
pueblos.

        11- Las organizaciones de campesinos, miembros de Vía
 Campesina, declaran que todos los acuerdos de libre intercambio tanto bilaterales como bi-regionales, llámense Tratados de libre
comercio, Acuerdos de libre comercio o Acuerdos de partenariado
económico, comparten la misma naturaleza. Estos acuerdos suponen un saqueo de los bienes naturales y sólo benefician a las empresas multinacionales, en detrimento del conjunto de los pueblos del
mundo y el medio ambiente.

        Secretaría de Comunicación del MOCASE V
 mocase.jpg
 2 - COMUNICADO DEL MCC
        A propósito del paro agropecuario

        La negación del campo profundo y la ciudad marginada
        Los piquetes del desconcierto hablan de campesinos de 4×4,
pequeños productores de 300 hectareas de soja y de un campo que no es campo.
  Los cortes de ruta diseminados por toda la geografía provincial de
la última semana, donde grandes máquinas y algunos hombres
intentan poner a consideración pública una supuesta situación de
injusticia ante las medidas tomadas desde el gobierno nacional,
dan cuenta de la hipocresía profesada a la hora de hablar del
campo, de nuestro campo.
        Las organizaciones ruralistas (FAA, CRA, CARTEZ, SRA) de
 Córdoba se paran desde una posición de representación del sector rural hasta con la intención de llegar a un juego maniqueo en la
dualidad campo-ciudad. Ellos hablan de un campo de trabajo, de
esfuerzo, de productividad, de alimento, que vendría a sustentar
el consumismo urbano centrado en el usufructo de los servicios y
del confort. Ahora bien, en ese análisis, que es precisamente el
que ha generado la discusión en los medios de comunicación, se
está negando la verdadera y profunda realidad de la situación
actual: la del campo profundo y, si se quiere, de la ciudad
marginada.
        Mientras estas organizaciones reclaman no más que el dinero que les permitiría continuar con la renovación de los modelos de sus
camionetas año tras año y seguir sumando propiedades inmobiliarias
en la Ciudad, el campo profundo y la ciudad marginada se debaten
su supervivencia.

        El campo profundo
        Las organizaciones campesinas del la provincia de Córdoba
nucleadas en el Movimiento Campesino, venimos reclamando desde
hace ya más de ocho años medidas políticas profundas que impidan
de una vez y para siempre la extinción del campo. Y aquí hablar de
campo es hablar de vida rural, no de negociados rurales.
        Empezando por la problemática de la tenencia de la tierra, que
precisamente no se soluciona con medidas económicas de retenciones o de recurso para la compra o la venta, sino con el reconocimiento ancestral de la tenencia de la tierra en manos de quien la trabaja. Cuando hablamos de un campesino que comienza su jornada antes que el sol para mantener su producción de alimentos que después de injustas intermediaciones termina en el plato del habitante confortable de la ciudad o del sojero, que precisamente no consume milanesas de soja, o incluso del marginado de la ciudad, hablamos de otra economía, de otra vida que hasta el día de hoy, solo se a dignado a luchar para sobrevivir.
        Nuestra historia como Movimiento ya vivió piquetes, ya vivió
reclamos variados, ya vivió movilizaciones y las seguirá viviendo
porque las injusticias a las que estamos sometidos no se
solucionan con un paro ni con miles. La posibilidad de que cada
familia parada sobre esta tierra pueda acceder a situaciones de
igualdad, en armonía con otras familias y con el ambiente del cual
somos un elemento más, nos habla de un largo camino a recorrer,
que en su debido momento puede optar por los mismos métodos de
quienes hoy reclaman engordar aún más sus bolsillos.
        El campo profundo, nuestro campo profundo, no el de los que hoy están bajo un toldo mientras sus grandes maquinarias atraviesan el asfalto, ha demostrado que a pesar de las nefastas condiciones estructurales de producción y comercialización, tiene capacidad para abastecer a la provincia de los cabritos de fin de año, de los terneros que se engordan en los feed lots propiedad de los
piqueteros oligarcas, de la miel orgánica que corrió la soja de la
pampa y tantas otras cosas más. También a demostrado que a pesar
de poder movilizarse cada tanto, no abandonará la lucha hasta
lograr repoblar el campo en pos de una sociedad más justa,
repoblar ese campo que los sojeros convirtieron en desierto con el
amparo del sistema económico que rige en nuestro país desde hace
tanto tiempo.
        El campo profundo reclama tierra. Reclama que esa tierra que es nuestra, sea reconocida por quienes tienen el poder, precisamente
como nuestra, como el La Rinconada, La Envidia, Cañada Larga y El
Medanito, por citar algunos casos.
        El campo profundo reclama que no se destruya más nuestro medio ambiente. Reclama ese medio ambiente donde desarrollamos nuestra vida y que permitirá que nuestros hijos, los hijos de la ciudad y los hijos de los sojeros puedan seguir viviendo.
  El campo profundo reclama agua. Reclama esa agua que es nuestra y no tenemos, para poder producir, para que esa agua no se
transforme en el petróleo del futuro en manos de Roggio y Suez.

        La ciudad marginada
  ¿Qué se dice de la ciudad marginada por estos días? ¿Por qué no se dice que los piqueteros fashion son responsables de haber
depositado miles de campesinos en los bolsones de la pobreza
urbana? ¿Por qué no se dice que el sistema judicial actual actúa
en sintonía?
        Sin duda, no hay políticas para frenar el éxodo hacia las
ciudades. Y eso no depende de las retenciones. Que el campo se
muera no depende del aumento o la disminución de las retenciones.
Depende de un modelo de provincia y de país. La FAA no dice por
estos días que sus afiliados, con la complicidad del sistema
político y jurídico de la provincia, desaloja campesinos en los
departamentos del norte, como en el caso de Doña Ramona
Bustamante. Campesinos que indefectiblemente terminarán
sobreviviendo en la ciudad marginada, a base de bolsones y planes
sociales que se pagan con las retenciones.
        La ciudad marginada también esta compuesta por miles de
trabajadores rurales que, sojización mediante, quedaron
desempleados. ¿De qué economía regional habla la Sociedad Rural de Jesús María? Allí en esa ciudad, imperio ideológico de la
expansión de la frontera agropecuaria en el norte del país,
desaparecieron los pequeños productores y no precisamente por obra de las retenciones, sino por obra de sus propio plan corporativo
de concentración de la tierra. No olvidemos que esa Sociedad
aplaudía con furia el plan económico de Videla y Martinez de Hoz.
En esa misma ciudad hoy, muchas familias están en pie de guerra
por ver a sus hijos intoxicarse todas las semanas con los
agrotóxicos que los sojeros lanzan sobre sus vecinos, y hasta
sobre sí mismos, en un claro ejemplo de barbarie.
 En resumidas cuentas, si la ciudad marginada tuviera que reclamar
por la utilización del dinero que hoy hay en el país las rutas se
cortarían los 365 días del año y en vez de cosechadoras, en el
asfalto habría bicicletas como en el 2001.

        El principio de la negación
        En definitiva las sociedades ruralistas pretenden llevar este
juego de reclamos y discursos a un duelo entre el gobierno y
ellos, intentando poner al "común de la gente" de su lado y con
esa intención niegan la existencia del verdadero reclamo que debe
emerger desde la sociedad.
        En ese juego la FAA se atribuye la representación de los
 pequeños productores. Entonces, si un productor de 300 hectareas de soja es pequeño, ¿qué tipo de productor es aquel que tiene 30 cabras o un sembradío colectivo de ajos y cebolla? Es más, ese mismo eje de análisis nos lleva cometer errores conceptuales que también son el sustento discursivo de este paro. Los pequeños productores de la
FAA no producen alimentos en beneficio del pueblo, producen
forrajes para la especulación en el mercado externo. Nuestro campo
negado en este paro no piensa en el comercio exterior, por eso
está lejos de discutir retenciones. Si la patriada ruralista fuera
tal no tendría problemas con las retenciones porque produciría
para nuestro mercado interno; mercado interno que hoy se
caracteriza por las góndolas vacías y los tomates a 10 pesos el
kilo.
        De igual manera, como se entiende que la FAA que se atribuye la representación del pequeño productor y se sitúa en el rol de la
víctima más víctima de este cruel gobierno, genera alianzas
largamente sostenidas en el tiempo con la oligarquía terrateniente
de la Sociedad Rural. A ver, despacio … alguién que se insinúa
rebelde y contestario, que hasta nos habla de reforma agraria, se
sienta hoy a planificar piquetes con la oligarquia golpista …

        Al margen de este y de todos los paros y acciones que realice
 la alianza sojera, que por una lado despotrica contra el gobierno y
por el otro le pide planes, programas y cargos, es necesario que
se replantee una discusión más profunda sobre el campo y las
ciudades. Y justamente, que en esa discusión lo negado y lo
marginado, también sean de la partida.

        Norte y Noroeste de Córdoba, 20 de marzo de 2008
        Movimiento Campesino de Córdoba

       

 
 3  Comunicado MOCASE

 
publicado en Indymedia:
http://argentina.indymedia.org/news/2008/03/589405.php 
 
 Mar. 26, 2008
Argentina, justicia, reforma agraria, soberanía alimentaria,Justicia,Tierra y Libertad 
 
El Movimiento Campesino de Santiago del Estero, ligado a la
Vía campesina envió un comunicado donde analiza el llamado
paro del campo y aporta información vital para ver quién es
quién en este conflicto de la Argentina.

        ¿Retenciones, control estatal de las exportaciones (monopolio de
la Junta Nacional de Granos) o reino del "mercado"?

        La actitud de los señores dueños de la tierra de la Argentina no
deja de sorprender por su reiterada e inveterada audacia en la
defensa de sus bolsillos, con una hipocresía digna de los mejores
falsarios de la historia.

        El aumento gradual de las retenciones y en particular las
correspondientes a la soja ha disparado a la "lucha" a la
sempiterna antisolidaria oligarquía terrateniente nacida en
nuestro país.

        La acompaña una vez más la desorientada Federación Agraria
Argentina, que hace años no se atreve a separase de los oligarcas
y hacer un planteo digno de reclamo de tierras, de límites a la
extensión de los latifundios, de cese y recuperación de las
enormes cantidades de tierras extranjerizadas y de cambio general
de la política agropecuaria.

        Durante el largo ciclo de la convertibilidad y de la expansión de
la sojización, la FAA miró para otro lado, dejando hacer al
"mercado" y al modelo neoliberal que se cargó casi 300.000
productores pequeños y medianos, la mayoría de ellos afiliados a
ella.
        Hace apenas poco tiempo se atrevió a cuestionar los
 lineamientos de la Argentina sojera pergeñada por Henry Kissinger, el grupo Perriaux, la SRA, AAPRESID, Cargill, Monsanto, Dreyfus, la FAUBA, Clarín Rural, Urquía y demás demiurgos de la recolonización
nacional. De tal manera, el tránsito de la Argentina industrial
tecnológica y científica existente entre 1945 a 1989, a la
Argentina factoría agro-exportadora actual, contó -luego de la
Marcha Federal de 1994- con la mirada complaciente de la FAA. Esta
política permitió la devastación de los pequeños y medianos
productores y el tránsito de una producción centrada en el
desarrollo de alimentos en gran cantidad y de gran calidad, hacia
un "campo" que produce forraje barato -"pasto soja"- para vender a
China, India y la UE subsidiando de tal forma la industrialización
de estos países a costa de nuestra industrialización, nuestra
producción lechera, ganadera, porcina, frutal, hortícola, ovina y
regional.

        Se repite el modelo de siempre en el campo, donde la SRA -la
 vieja oligarquía terrateniente- se opone a cualquier control por parte
del Estado de su tasa de ganancia lograda a costa del esfuerzo de
toda la nación y en particular, mediante el monopolio absoluto de
la renta agraria por su dominio total sobre las tierras existentes
en la nación.

        Lo reiteramos una vez más, oligarquía terrateniente implica por
ejemplo que 6900 propietarios (familias, empresas o
empresas-familias) sean dueñas del 49.7% de la superficie
cultivable y productiva del país, o que según el Censo
Agropecuario de 2002, 936 terratenientes poseen 35.515.000 Has
(casi toda la superficie en cultivo), un promedio de 38.000 has
c/u. Por el contrario 137.021 agricultores poseen sólo 2.288.000
has, con un promedio de 16.7 has c/u. (2)(pág. 158)

        En 1966 había más de 600.000 productores agropecuarios, hoy
 sólo restan 330.000, de tal forma la oligarquía terrateniente recuperó con creces las tierras que Perón había obligado a venderles a los chacareros arrendatarios a través del 1º y 2º Plan Quinquenal. En lugar de enfrentar a la SRA y CARBAP, denunciando la concentración y brutal extranjerización de la tierra, unidas a la destrucción de un modelo soberano de producción de alimentos y su reemplazo por un modelo factoría productor de forrajes baratos para la exportación, la Federación Agraria Argentina se une a los
terratenientes y multinacionales granarias que se adueñan hoy de
la renta agraria en lucha contra las retenciones. Renta con la
que, conviene recordar, junto a la petrolera, el peronismo
industrializó la nación entre 1945 y 1955.

        Por supuesto que las retenciones son sólo una medida frente a
 la necesidad de articular un Plan Nacional de Desarrollo
Agropecuario, que debe obligatoriamente incluir la restitución de
las Juntas Nacionales de Granos y de Carnes, la nacionalización
del comercio exterior en ambos rubros, políticas que permitan el
acceso democrático, barato y con créditos de largo aliento a la
tierra para volver a tener cientos de miles de productores,
repoblar el país y reconstruir la soberanía alimentaria y las
economías regionales. También deben estar acompañadas de
subsidios, políticas de reforestación de la superficie devastada
por la sojización, de políticas de saneamiento de áreas infectadas
por millones de litros de agrotóxicos y transgénicos, y de
devolución de las cientos de miles de hectáreas robadas a los
pueblos originarios en las últimas décadas.

        La correcta política de retenciones graduales -primera medida
seria tomada contra la sojización-, se debe acompañar también de
créditos y subsidios amplios para las actividades afectadas por el
monocultivo sojero, tales como la lechería, la ganadería, la
horticultura, la fruticultura, la forestación y demás actividades
afectadas. Pero sin duda alguna -pese a los gritos exasperados del
lobby monsantiano, cargilliano y terrateniente-, es una mejora
neta respecto de la política seguida hasta ahora y por supuesto
mucho mejor, que 'dejar todo al sector privado' como proponen los
dueños de la tierra, desde siempre, apoyados por Macri, Carrió,
López Murphy, el menemismo, el cavallismo y el delasotismo.

        Salir de la sojización
        Pero tal vez, el dato más importante de las medidas anunciadas
 por el Ministro Losteau se refieran a que por primera vez desde la
legalización ilegal de la soja RR en 1995, el gobierno ha decidido
tomar medidas que desalientan la expansión del monocultivo de soja transgénica forrajera. Y ese es un hecho importante que saludamos.
Que una medida tan importante, haya sido tomada en simultáneo con la descarada entrega de los yacimientos petroleros de la Cuenca
del Golfo de San Jorge, por parte de la ultarkirchnerista
provincia de Santa Cruz, habla a las claras, de la perversidad del
modelo económico vigente en nuestro país, y de la estrecha
relación del gobierno con las multinacionales y su doble discurso
permanente. Pero en el tema de la sojización por primera vez desde
1995, se adopta una medida que desalienta el avance descontrolado
del pequeño -y devastador- poroto.

        Esto es así pese a los previsibles gritos policíacos del Ing.
Héctor Huergo que, en un ejercicio extraño del pensamiento
económico y agronómico, nos amenaza con que el abandono de la
"sojización" nos devolvería a la "edad media".

        El descaro de los demiurgos de la colonización cultural -a su
 vez empleados de Monsanto y Kissinger- no tiene límites. Una medida como el aumento diferencial de las retenciones -reclamada por quien esto escribe durante varios años- no sólo no nos devuelve a la 'edad media', sino que por el contrario, nos alejaría de la
'edad media' en que nos sumiera la desindustrialización y el
retorno a la nación agro-exportadora. Es decir exactamente al
revés de lo que Huergo vomita desde Clarín Rural. El aumento
diferencial de las retenciones -a falta de nacionalización del
comercio exterior de granos- permite disponer de fondos para
alentar otras actividades económicas, tales como la
reindustrialización del país u otras actividades agropecuarias que
requieren de mayor valor agregado, mayor aporte de capital y
utilizan mayor cantidad de mano de obra.

        Por el contrario, como ya explicáramos reiteradamente en otros
artículos, impulsar la sojización depreda la mano de obra y la
pequeña y mediana producción, además de devastar al ecosistema y a la salud humana. Lo reiteramos una vez más: el sistema de la
SD-sojaRR-herbicida glifosato, destruye 4 de cada 5 puestos de
trabajo existentes y sólo crea un puesto de trabajo cada 500-600
has, siendo sólo viables y autosuficientes para este sistema, las
explotaciones que superan las 500 has según la región
agroecológica. Por el contrario la economía familiar genera 35
puestos de trabajo genuinos por cada 100has. Pero el gobierno debe
saber que salir de la sojización implica antes que nada,
redistribuir la tierra y repoblar el territorio nacional devastado
por el pequeño poroto.

        En el colmo del descaro y la desinformación agronómica se dice: "le explico si me permite(…) las vacas no hacen fotosíntesis
(sic!!) una hectárea de maíz con la tecnología actual produce
10.000 kilos de grano. Un novillo encerrado en un corral convierte
7 kilos de maíz en uno de carne. Por lo tanto una hectárea de maíz
da 1500 kilos de carne."(1) ¿Y la sojización, amigo Huergo donde está?

        El viejo método goebbelliano de "miente, miente, miente, que
 algo quedará" sigue siendo el arma preferida del poder multinacional.
Esto es en parte cierto para el maíz, pero no para la soja que se
exporta toda (99% de la producción) sin ningún otro agregado que
el hacerla aceite o harina y casi sin producir un solo kilo de
carne, como sí hacen Brasil (segundo productor mundial de carne) o
Chile (en este caso con la soja que nos compra).

        De allí que las retenciones diferenciadas planteadas por
 Lousteau, estimulen al maíz y al trigo en contra de la soja, pero esto afecta a Monsanto-Cargill y por supuesto a las comisiones que
cobran sus propagandistas y agentes. En segundo lugar, la carne
que hacíamos "criada a campo" (la "edad media" para Huergo) era
sin dudas la mejor carne del mundo ya que el animal se criaba en
libertad, elegía lo que quería comer, se movía y se criaba
naturalmente, produciendo un tipo especial de carne que nos
caracteriza en el mundo. Hoy, en un planeta acorralado por la
crisis ambiental global, esa carne tiene un valor agregado extra.
Si decidiéramos un plan nacional de producción de carne de primera
calidad en praderas, recuperaríamos nuestro lugar en el mercado
mundial, obteniendo grandes beneficios económicos, sociales y
ecológicos.

        La ganadería genera muchos más puestos de trabajo que la
devastación sojera y muchos más aún, si se estimulara el
surgimiento de un gran número de pequeños productores. Por otra
parte, lo que Huergo llama "novillo a corral" es el famoso
feed-lot o "corral de engorde'" que, a diferencia del animal
criado en pradera produce carne chatarra o carne basura. Carne
repleta de antibióticos, hormonas, reguladores de crecimiento,
agrotóxicos de todo tipo, etc., etc.

        Sabrá Huergo ¿que la Argentina, no sólo es la primera en el
 mundo en muertes por accidentes de tránsito -debido en primer lugar a la destrucción ferroviaria sin cuya desaparición no habría sido posible la sojización- sino también es en la actualidad, el país
con mayor tasa de cáncer en su población? ¿No se le habrá ocurrido
al señor Huergo pensar que tamaña tragedia tiene algo que ver con
la terrible contaminación por agrotóxicos que ha provocado la
sojización y su consecuencia directa el feed-lot?. Este proceso
afecta lo que respiramos, lo que bebemos y lo que comemos. Claro,
es probable que este último argumento suene demasiado complejo
para la lógica "simple" de la "mayor tasa de ganancia en el menor
tiempo y con cualquier costo ambiental y social -total no lo
pagamos-" que utiliza nuestra sempiterna parasitaria y estéril
oligarquía terrateniente. Pese a lo que dice Huergo, la soja no
sólo no crea pueblos sino que los devasta y los liquida, como
puede verse en las miles de taperas que pueblan hoy nuestro campo
y los más de 1200 pueblos abandonados. No sólo no nos saca de la
edad media, sino que nos devuelve a ella como lo prueban las
actuales inundaciones de Salta y Jujuy -y las anteriores de Salta
y Santa Fe y las que vendrán-consecuencia directa de la
deforestación y la Siembra Directa.

        La 'pobreza' del 'campo' de ellos
        Por último, de ¿qué paro del campo hablamos?. En todo el país
 sólo restan 330.000 explotaciones, las que sólo emplean a 310.000
trabajadores en blanco que ganan alrededor de $1200 mensuales,
mientras hay algo más de 700.000 trabajadores en negro que viven
miserablemente y trabajan sólo un período del año gracias al
"poroto mágico". Ambos sectores prácticamente se han visto
imposibilitados de defender sus derechos ante el achicamiento
descomunal de las fuentes de trabajo que ha producido la
sojización y la numerosa destrucción de establecimientos que la
acompañaron. El nivel de ingresos del sector que ejerce el control
sobre la propiedad de la tierra y por ende de la producción, es
escandaloso y como siempre suntuario.

        Ya en la campaña 2004-2005 los propietarios de la región
 pampeana, en el centro del proceso de la sojización, recibieron en concepto
de Renta Terrateniente o renta de la tierra por el arrendamiento
de las mejores tierras del mundo, la suma de algo más de
3000.000.000 de U$S, más de 10.000 millones de pesos. (2) Es decir una masa sideral de dinero sin invertir ni arriesgar un solo peso.
En la actualidad esas cifras son mucho mayores, ya que hoy una
hectárea en la zona sojizada de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe o
Entre Ríos se vende a razón de entre 15.000 a 20.000 USS y se
arrienda -para hacer soja- a razón de 20 Quintales la Ha, es decir
unos 600 USS/ha. (3)

        Para dar un ejemplo, sólo por arrendar 300 has el propietario
recibe un ingreso parásito (sin invertir ni arriesgar un solo
peso) de 180.000 USS o unos 570.000 pesos por ciclo sojero. Esa
descomunal masa de dinero, imposible de obtener en cualquier otra
actividad productiva -y ese es el diseño multinacional para
paralizar nuestra reindustrialización- no se destina a mano de
obra, ni inversiones productivas, a excepción de algunas
cosechadoras o maquinarias importadas de altísimo costo y muchas
veces renovadas innecesariamente, sólo por poseer la máquina '0
km'.

        Sí se invierte, en varias camionetas 4×4 por familia (hasta 6-7
 en algunas), en casas suntuarias, en edificios de renta y en "gatos
finos" que ahora hacen su aparición en las localidades de la
cuenca sojera, para beneplácito de los productores. Por el
contrario, los capataces son echados, indemnizados y transformados
en contratistas cuentapropistas con lo cual el terrateniente
dispone de las labores sin arriesgar un solo peso, sin incluir
costo social alguno y sin tener que poseer un parque de
herramientas de alto costo y nivel de mantenimiento, que lo
obligaría a tener mano de obra permanente.

        A eso se suma que la mayoría no paga impuestos o lo hace por
actividad ganadera y no agrícola, con tasas irrisorias de impuesto
inmobiliario, y que las multinacionales exportadoras pagan
impuestos en función de declaración jurada, se comprenderá que la
sojización deja muy poca riqueza real, valor agregado productivo
en la sociedad argentina.

        A su vez, los trabajadores rurales son echados sin
 indemnización y
contratados en negro cuando se los necesita, muy poco tiempo por
cierto. El hecho que las dos terceras partes de los trabajadores
vinculados a la sojización trabajen en negro, tiene que ver a su
vez con las necesidades un negocio que evade impuestos o se
realiza mayoritariamente en negro.(4) De allí la necesidad casi
imperiosa para la economía nacional, de apropiarse de esa renta
suntuaria e ilegítima en beneficio de la nación.

        ¿Qué hará el gobierno con esa renta?, es otra discusión, que no
afecta el valor macroeconómico de la medida tomada. Como vemos,
poco ha cambiado en la relación de la nación con la vieja
oligarquía terrateniente, ahora asociada a algunos pools
empresarios. Ella sigue allí y tan poderosa como siempre, pese a
que la señora Carrió y algunos medios interesados -y asociados a
ella- digan que ya no existe. La oligarquía una vez más, usa su
poder económico contra el pueblo y la nación, reclamando quedarse
con la totalidad de los precios internacionales para sus productos
en el mercado interno, lo que supone, y ellos lo saben, el hambre
para el pueblo y la castración de la nación, como lo hizo siempre.
Sigue siendo como señalara el maestro Hernández Arregui, que para
la SRA, "esa clase estéril e infecunda, siempre que el pueblo
comió vio demagogia."

        Notas
        1.- Huergo Héctor Clarín Rural, 15-3-08
        2- Pengue Walter, Agricultura Industrial y Transnacionalización
 en América Latina. Red de Formación Ambiental. México 2005
        3.- Clarín Rural 15-3-08, pag. 28
  
MILES Y MILES DE FAMILIAS CAMPESINAS Y PEQUEÑAS PRODUCCIONES DE LA ARGENTINA NO DAMOS LA REPRESENTATIVIDAD NI A LA FAA NI A LA CRA.
¿AHORA SE PREOCUPAN DE NOSOTROS, LUEGO QUE NOS MANDARON A TIPOS COMO LOS HERMANOS LÓNDERO A QUIMILÍ Y A CAMPO GALLO?
¿AHORA DICEN ESTAR PREOCUPADOS POR NUESTRA DESAPARICIÓN?
 NOSOTROS ESTAMOS BIEN ORGANIZADOS, NO NECESITAMOS NI DE FAA, NI DE CRA, ELLOS HAN TRAICIONADO EL PROYECTO DE PRODUCCION DE ALIMENTOS DIVERSIFICADO EN ARGENTINA, ELLOS HAN VENIDO AL CHACO ARGENTINO CON ARMAS EN LAS MANOS PARA DESALOJARNOS

        SECRETARÍA DE COMUNICACIÓN DEL MOCASE VIA CAMPESINA MIEMBRO DEL
MNCI MOVIMIENTO CAMPESINO INDÍGENA




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