Tras más de 20 días de paro, un inusitado derroche de alimentos, convocatorias a una "resistencia cívica" que provocara desabastecimiento e incremento en los costos de la canasta familiar, tuvo lugar en la Rep. Argentina un fuerte debate. Fue impulsado por un sector que perdió de vista los innumerables esfuerzos que toda la Ciudadanía debió efectuar para superar las más profunda crisis que vivió nuestra Nación. Es importante recordar que cuando Nestor Kirchner asumió la Presidencia teníamos un país sin rutas, sin escuelas, sin trenes, con 14 monedas distintas. Un país donde no existían Liderazgos ni principio de autoridad. Los Argentinos debemos recordar qué realidades Prov. teníamos, qué obras de infraestructura o planes de vivienda existían, para luego compararlas con las que fueron posibles de conseguir.
En base a esa referencia podremos comprender que el tema de la discusión sobre las Retenciones al Sector Agropecuario resulta mucho más profunda que las que nos pretenden contar. Este ej de memoria que propongo es indispensable porque resalta la fortaleza del Modelo del que nos sentimos parte, y al que pretendemos defender, sin el cual la crítica absurda y mentirosa que se ha instalado parecería cierta y sería preocupante.
Perder de vista que en nuestro país todavía subsisten cordones de pobreza y gente sin trabajo, mientras otros sectores demandan participar plenamente de una rentabilidad exagerada, que no les corresponde, es un pecado capital. El costo del combustible con el que transporta y cosecha, el costo del gas con el que se calefacciona, el costo de la energía que aplica, representan 1/3 del valor que tienen en cualquier lugar del mundo y es la consecuencia de una Política de Estado. La pesificación de los pasivos, la tasa preferencial para la adquisición de bienes y servicios, es la consecuencia de una Política de Estado, como tambien lo es el precio diferencial del U$A de exportacion. Con lo cual, este Sector cuando calcula su rentabilidad, se esta apropiando del esfuerzo de un Estado que los incluyó dentro de un Modelo de País.
Sólo así podremos comprender lo que se está viviendo en la República Argentina. Después de mucho discutir, el Gob. Nac. propuso modificar el sistema de Retenciones para Peq y Med Produc, medida resistida, pues obligaría a blanquear innumerable cantidad de economías informales o "en negro", lo que significa, entre otras distorsiones un nulo aporte a la Seguridad Social.
El Gob. modificó también la postura respecto al precio pleno del trigo, demandando a su vez a los Produc el total abastecimiento interno de éste cereal. Reabrió las exportaciones de carne con la sola condición de que se garantizaran tanto el abastecimiento del mercado interno como los precios de los cortes populares. Nada de ello fue suficiente y hoy asistimos a manifestaciones de diversos voceros del sector, que en forma aparentemente inocente, plantean un nuevo Modelo de Redistribució
Esto es así, por cuanto estamos asistiendo en realidad a un fenómeno novedoso en la Rep. Arg., que no es otro que el del nacimiento del PARTIDO AGRARIO, que ha desplazado literalmente al sector de la oposición tradicional y pretende elevarse como una alternativa distinta a la que hace poco tiempo obtuvo en las urnas un amplio respaldo popular. Ello nos obliga a leer con claridad y nos impone el abordaje de una agenda en donde lo que se pretende discutir es un Modelo de Desarrollo de País distinto al que estamos impulsando. Esto es absolutamente válido y me parece importante hablar claro, pues tras una supuesta reivindicació
Distorsionando la realidad, disfrazados de inocentes chacareros, aparecen sectores históricamente divorciados del pequeño productor del cual se sirvieron y se sirven. Son los mismos para los que el interior es un paraje natural en estado semisalvaje al que debe aislarse de las Políticas Públicas, pues eso permite su permanente dependencia como consecuencia de la más dolorosa desolación, a la que estuvimos condenados hasta que reaparece con fuerza la idea de un Proyecto Latinoamericano con Políticas de Inclusión dónde el Estado recobra sentido y habla con voz clara y fuerte.
Nicolás Alejandro Fernández
Senador Nacional por Santa Cruz
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