lunes, 27 de octubre de 2008

[cristinapresidente] ..."...de los asalariados ya se hará cargo el mercado" -

IDEAS, FRASES, HECHOS

Biblioteca Paco Urondo

"Es necesario comprender que la guerra que se lleva a cabo contra los trabajadores es una verdadera guerra.
Los restringidos círculos de la élite financiera posee una conciencia de clase extremadamente marcada.
Ellos consideran desde hace mucho tiempo que están luchando en una guerra de clases muy ruda, pero no quieren que esto se sepa.
NOAM CHOMSKY.
"Propaganda y control de las subjetividades de las poblaciones"

 

"Una visión gráfica del papel que resulta imprescindible del gobierno en un Estado Corporativo Capitalista:
actuar como cinta transportadora para poner el dinero público en manos privadas; un trabajo para el cual el compromiso ideológico es mucho más importante que una amplia experiencia práctica.
NAOMI KLEIN"

 
Como observa Chomsky, "para tranquilizar al capital habrá Estado, mucho Estado; de los asalariados ya se hará cargo el mercado"

"También resultaba predecible que los reducidos sectores que se hicieron con los enormes beneficios dimanantes de la liberalización llamarían a una intervención masiva del estado, a fin de rescatar a las instituciones financieras colapsadas. " (Chomsky)

"Tal intervencionismo es un rasgo característico del capitalismo , aunque la escala actual es inaudita." Chomsky.

DICHO Y HECHO:

 

Argentina.-Una de las consecuencias que inauguró la profundización de la crisis financiera internacional es el tire y afloje entre empresarios, trabajadores y el gobierno local.

  •  La semana pasada, la empresa Easy quiso despedir 300 trabajadores pero se abstuvo luego de un explícito pedido formulado desde el Ejecutivo.
  • Por otro lado, la automotriz Renault intentó echar 600 trabajadores eventuales de su fábrica de Córdoba. Luego de varias reuniones con Smata, se acordó en una reducción de 300 empleados. (¿Qué defensa de los compañeros es ésta?...L@s trabajadores pueden ser un número para la patronal empresaria, pero nunca pueden serlo para quienes están a la cabeza de su defensa)
  • Y ayer se conoció que en el Sindicato de la Industria de la Carne de Santa Fe denunció que los trabajadores del frigorífico Finexcor estaban bajo el régimen de garantía horaria, mientras que muchos habían pasado a estar con licencia.
  •  "La crisis mundial empezó a causar efectos", señaló José Fantini, titular del sindicato.
 
La crisis financiera internacional inauguró un nuevo tire y afloje entre empresarios y sindicatos.

 

La empresa General Motors (GM) fue obligada a dar marcha atrás con unos 500 despidos en su planta de Rosario, luego de que el Ministerio de Trabajo de la provincia decretara la conciliación obligatoria. Desde hace dos meses, la automotriz viene amenazando con una reducción de los contratos eventuales como consecuencia de la baja en la demanda internacional, provocada por la crisis financiera. De hecho, el martes pasado echó a un operario, lo que derivó en un paro de los trabajadores, que lograron su reincorporación. Desde el gremio Smata señalaron a PáginaI12 que, más allá del contexto internacional, la empresa está presionando al gobierno nacional y provincial para que prorroguen los beneficios de la promoción industrial (exenciones impositivas) de los que goza la compañía desde 1997.

Como puede leerse, el Estado (Argentino, en este caso), viene interviniendo financieramente en favor de los empresarios desde hace mucho tiempo.-

–¿Qué está buscando la empresa con estas amenazas? –preguntó PáginaI12 a Barros.

–Están presionando al Gobierno porque el año que viene se les terminan los beneficios de la promoción industrial. Ellos no pagan por las patentes de sus directivos ni los impuestos inmobiliarios. Si les dan algo, que sea con todos los trabajadores dentro de la fábrica. No se les puede perdonar una fortuna en impuestos si van a echar trabajadores. Durante estos últimos años estuvieron ganando con las exportaciones. No puede ser que con un solo mes de crisis piensen en reducir personal –respondió el gremialista.

 

Hector Pedro Recalde*: "Quieren infundir el pánico"

"A poco de analizar la actitud del sector empresario, se puede concluir que la aspiración que tiene es que los trabajadores acepten la iniquidad que encierra la afirmación de que el poder de los empleos es mejor que la desocupación. Quieren infundir el pánico porque el pánico inmoviliza. Se trata de desestructurar el mejor mecanismo defensivo de los trabajadores, que es la movilización. Creen que despidiendo, suspendiendo y amenazando con mayores despidos van a domesticar al movimiento obrero. Hace rato que piensan que los asalariados están afiliados al 'sindicato de giles' e insisten con esa prédica, ahora frente a la histórica decisión de derogar el sistema de privatización de la seguridad social y la política de defensa del empleo. El sindicalismo está demostrando responsabilidad frente a la crisis internacional, pero eso no significa que se vaya a dejar avasallar por el empresariado. El poder adquisitivo de nuestros asalariados demuestra que, pese a que desde mayo de 2003 cambió la historia, el atraso sigue siendo importante. En promedio, los haberes de los trabajadores alcanzan para comprar la mitad que hace 30 años. Hoy la discusión es sobre la velocidad y profundización en la obtención de reivindicaciones y recuperación de derechos. Recuperamos mucho, pero aún falta."

* Abogado de la CGT

 

"En el Gobierno saben que no es una acción desesperada por salvarse de la quiebra, como está pasando con algunas empresas norteamericanas.

Pero no toman las medidas que tienen a mano para detener la incipiente avalancha de despidos."

La amenaza más cruel

Pese a que el sector industrial ha estado acumulando fuertes ganancias en los últimos cinco años y aún mantiene elevados niveles de rentabilidad, varias empresas lideradas por las automotrices adelantan suspensiones y despidos. El Ministerio de Trabajo interviene para frenar esas drásticas medidas impulsadas por el miedo al impacto de la crisis internacional.

 Por Roberto Navarro

Entre enero de 2003 y agosto de 2008 la producción industrial creció un 71,6 por ciento. La automotriz, en particular, se incrementó un 432 por ciento. Mientras los indicadores de las potencias del mundo muestran caídas en el nivel de actividad en los últimos dos trimestres, los registros locales de los primeros ocho meses de 2008 revelan que la industria creció un 6,3 por ciento con respecto al mismo período del año pasado, y el sector automotriz, un 24 por ciento. Sin embargo, sólo por el temor a un estancamiento, que provocó la crisis financiera, General Motors despidió a 500 trabajadores que luego tuvo que reincorporar por la intervención del Ministerio de Trabajo; Renault a 300; Mercedes Benz ya le anunció al sindicato de mecánicos futuros despidos y Peugeot comenzó a implementar suspensiones. También las empresas de autopartes, entre otros sectores, están suspendiendo empleados. La mayoría de estas compañías consiguió utilidades inéditas en los últimos cinco años. Renault ganó 200 por ciento sobre patrimonio neto en 2004, y 208 por ciento en 2005, antes de retirar sus acciones de la Bolsa de Comercio. Criticados históricamente, los sindicatos están actuando con mayor responsabilidad que los empresarios frente a la crisis, resignando merecidos reclamos salariales para priorizar el cuidado del empleo. El gobierno, por su parte, no utiliza el crédito subsidiado ni los enormes beneficios impositivos que brinda para negociar con la industria una tregua de despidos y suspensiones.

De las 22 empresas que cotizan en el panel líder de la Bolsa de Comercio, 21 registraron ganancias en el período finalizado el 30 de junio último: 20 consiguieron utilidades mayores que las de 2007. La mayoría contabilizó resultados récord históricos. El motivo de esos fabulosos saldos ha sido el crecimiento del volumen de las ventas y los extraordinarios márgenes de ganancias. Aunque con una leve desaceleración, el nivel de actividad se mantuvo en niveles altos en julio y agosto. De septiembre se conocen pocos datos. Pero ya se dio a conocer que la producción y el patentamiento automotor crecieron un 8,4 por ciento sobre agosto y la producción, un 30 por ciento con respecto al mismo mes de 2007. También se difundió que el consumo de energía eléctrica se incrementó 6,2 por ciento en septiembre con respecto al mismo mes del año pasado, dato que muestra que la industria –el mayor consumidor del mercado de electricidad– siguió creciendo.

"Los industriales quieren despedir empleados para mantener el mismo nivel de rentabilidad ante una eventual desaceleración del nivel de actividad por culpa de la crisis financiera internacional. Tienen una rentabilidad enorme y quieren mantenerla en el momento de la tormenta. Son insaciables", comentó a Cash un funcionario de primer nivel del Poder Ejecutivo.

En la Secretaría de Industria señalan que todos los días reciben llamados de empresas que consultan sobre el Procedimiento Preventivo de Crisis, un mecanismo que prevé la legislación para suspender o despedir la plantilla de empleados hasta en un 10 por ciento en casos de una fuerte caída del nivel de actividad. "Pero ese caso no se está dando", señalan en la cartera laboral. Y agregan: "También nos estamos enterando de muchos casos por los diarios. Nos están enviando mensajes". En la Jefatura de Gabinete unen los despidos y las amenazas respectivas y suspensiones al comunicado de la Unión Industrial de esta semana, reclamando una devaluación del peso. "Están haciendo un juego de pinzas: por un lado suspenden gente y amenazan con despedirla; por el otro piden una suba del dólar. El mensaje es, si no devalúan, comenzamos con los despidos", evalúan. Los empresarios están tomando medidas ante lo que se viene: saben que la crisis financiera internacional tendrá impacto en la Argentina. La actividad económica sufrirá un retroceso, algunos sectores industriales pueden sufrir un estancamiento e incluso puede haber algún rubro en particular que pueda registrar una fuerte caída de su producción. Pero parten de un nivel récord medido en términos históricos. La industria automotriz creció un 8,7 por ciento en 2003, un 53 por ciento en 2004, un 26,7 por ciento en 2005, un 32 por ciento en 2006, un 25,4 por ciento en 2007 y un 24 por ciento en los primeros ocho meses de 2008, totalizando un incremento del 432 por ciento en 5 años y 8 meses. La de cemento incrementó su producción un 237 por ciento entre 2003 y 2007 y otro 7,1 por ciento entre enero y agosto de 2008. La textil creció un 223 por ciento entre 2003 y 2007 y un 4,8 por ciento hasta agosto último. La de otros materiales para la construcción, un 196 por ciento entre 2003 y 2007 y un 9,8 por ciento hasta agosto. La de detergentes, jabones y productos de belleza, un 187 por ciento en esos cinco años y un 8,2 por ciento hasta agosto. Editorial e imprenta aumentó su producción un 183 por ciento en un lustro y 4,4 por ciento este año. El único sector que venía postergado, por falta de capacidad instalada para aumentar su producción, fue el de aluminio, que este año creció un 41 por ciento en ocho meses.

La rentabilidad medida en términos de patrimonio neto de las empresas que operan en el mercado local se ubica entre las más elevadas del mundo: según datos de OCDE, en 2007, en promedio, fue del 19,7 por ciento, contra un 11 por ciento de Brasil, un 6 por ciento de Canadá, un 5 por ciento de Francia, un 4 por ciento de Estados Unidos y un 3 por ciento de Alemania. La economía argentina está concentrada en un puñado de empresas y esas compañías consiguen ganancias fabulosas. Un caso emblemático en ese sentido es la Papelera Massuh, del dirigente que hace más de una década maneja entre bambalinas los hilos del poder de la UIA y que fue el autor intelectual del comunicado de esta semana que reclamaba una devaluación. Massuh consiguió ganancias sobre patrimonio neto de un 1886 por ciento entre junio de 2002 y el mismo mes de 2008. Renault Argentina presentó balances en la Bolsa de Comercio en 2004 y 2005 con una rentabilidad del 924 por ciento. Luego recompró sus acciones y se retiró de la Bolsa. Pescarmona ganó un 345 por ciento sobre patrimonio neto entre 2003 y 2007. Hasta empresas pequeñas como Colorín consiguieron rentabilidades inéditas: en este caso un 1221 por ciento sobre patrimonio neto entre 2002 y 2007.

Si la estrategia de las empresas al suspender y despedir empleados es bajar costos laborales, los resultados van a ser magros. Según datos del Ministerio de Trabajo, que concuerdan con los de la CGT, el costo laboral promedio de la industria es del 8,2 por ciento. Si bien las terminales automotrices están entre las empresas que mejores salarios pagan, dado su alto nivel de productividad, su costo laboral es menor al promedio: apenas del 6,8 por ciento. Según datos del Ministerio de Economía, tomando los precios de salida de fábrica entre enero de 2002 y enero de 2008, el aumento supera en un 32 por ciento al alza de salarios industriales. Es decir que la incidencia de los salarios con respecto al precio de los bienes cayó un 24 por ciento en los últimos seis años.

 

Dejar de ser el Estado bobo

Los principales colaboradores de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner piensan que la decisión de las compañías que ya comenzaron a despedir y suspender empleados responde a cuatro razones:

  1. Para mostrar quién manda
  2. Presionar para que el Gobierno suba el precio del dólar.

  3. Disciplinar a los sindicatos para que no haya reivindicaciones salariales.

  4. Bajar sus costos para intentar mantener la rentabilidad extraordinaria que tenían.

En el Gobierno saben que no es una acción desesperada por salvarse de la quiebra, como está pasando con algunas empresas norteamericanas. Pero no toman las medidas que tienen a mano para detener la incipiente avalancha de despidos.

Casi el 50 por ciento del crédito que reciben las empresas del mercado financiero local lo brinda el Banco Nación y otro 15 por ciento lo otorga el Banco de la Provincia de Buenos Aires. En ambos casos, a tasa negativa en términos reales.

 El Nación está otorgando préstamos al 12 por ciento a cinco años en pesos y hay varios sectores que reciben subsidios adicionales que llevan esa tasa al 6 por ciento.

Aunque las automotrices se venían fondeando en el exterior, en adelante tendrán que hacerlo en la plaza doméstica. La banca estatal está en condiciones de reclamar a cambio del crédito barato la suspensión de los despidos o, por lo menos, una tregua. Pero no lo hace.

La Secretaría de Industria tiene una Ley de Promoción de Inversiones que permite la devolución anticipada del IVA y la amortización acelerada del Impuesto a las Ganancias. Para acceder a esos beneficios, la generación de nuevos puestos de trabajo tiene una ponderación en el análisis del proyecto de un 30 por ciento en el caso del IVA y de un 40 por ciento en el de Ganancias. Esa dependencia puede avanzar en priorizar los proyectos que aporten mayor cantidad de puestos. El secretario de Industria viene reclamando más personal, porque con el que cuenta no puede controlar que los que resultaron favorecidos con estos beneficios mantengan sus dotaciones de personal durante los plazos establecidos.

Los principales funcionarios comerciales de la Cancillería y de la Secretaría de Industria han conseguido para las terminales la apertura de nuevos mercados y cupos de exportación en condiciones preferenciales.

 Las autopartistas, que ya comenzaron a suspender empleados, acaban de ser beneficiadas con el nuevo Régimen de Incentivo a la Competitividad de las Autopartes Locales. Este mecanismo otorga un subsidio en efectivo a las terminales que compran autopartes de origen local y a las autopartistas que compran insumos locales. A cambio de esos subsidios, el Estado podría exigir estabilidad laboral.

 

La posicion de las terminales*: "Ahora hay que ajustar"

"La reacción de algunas compañías automotrices es tan rápida porque necesitan mucho capital de trabajo para operar y no lo tienen. Producir y acumular stock sin vender significaría un costo financiero altísimo. En este momento se está criticando a algunas empresas que tienen problemas y tuvieron que despedir empleados. Pero durante los últimos años el sector automotriz fue el segmento industrial que mejores salarios pagó. También hizo un gran trabajo en formación de personal. Las automotrices compartieron los buenos momentos con sus empleados. Ahora hay que ajustar. Peor sería que las compañías pensaran en irse. Además, estamos hablando de un sector que fue fundamental en el crecimiento de la industria, del nivel de actividad y del empleo calificado y en blanco. Hay que tener en cuenta que el 70 por ciento de la producción es para exportar. México ya cayó, Brasil está cayendo: son nuestros principales mercados. Es una realidad que tenemos frente a nuestros ojos, no podemos soslayarla. Hay tres modelos de vehículos que se producen sólo en Argentina para todo el mundo y el mundo está entrando en recesión. En Argentina la caída de las ventas comenzó en octubre y es fuerte. Las casas matrices están en crisis y en vez de ayudar, aprietan: dicen que tenemos que arreglarnos solos. Lo fundamental es que Argentina cuide la industria que logró montar. Cuando pase la tormenta, se recuperarán los puestos de trabajo."

* Uno de los más importantes ejecutivos de las automotrices, que prefirió mantener su nombre en reserva.

 

 

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