por Carlos O. Suárez El compañero y colega Gabriel Fernández ha vuelto a pegar en la matadura de esa esencial mediocridad que caracteriza a las capas medias del país, devenidas en fervientes defensoras "del campo". La asimilación entre las patronales agrarias - legítimas herederas de los cazadores de indios y de gauchos en las épocas de la Patagonia Trágica con los indiferenciados rebaños de los bienpensantes de las grandes urbes, produjo a las mesnadas de caceroleros de guante blanco. La reedición de aquellas juventudes porteñas que marchaban vociferando a mediados del siglo XIX contra el "Atila de América", o sea el defensor de la soberanía paraguaya, mariscal Francisco Solano López, se plasma en estos días en los cholulos/as que entrechocan sus lustrosas baterías de cocina para " salvar a la Patria del estatismo". En realidad, los escenarios y los protagonistas se asemejan a esas marejadas de inconcientes que en 1930, 1955 y 1976 clamaban por "la democracia", "la seguridad" y "la defensa de nuestro estilo de vida". No obstante, y a favor del desarrollo tecnológico y mediático, ahora vanguardizan las protestas muchas vestales de "la libertad de prensa", amenazada por " el autoritarismo" de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Haciendo coro a los impolutos/as propietarios de las verdades reveladas del "occidente cristiano", varias decenas de miles de poligriyos y marmotas señalados por Gabriel Fernández , se despliegan a manera de termitas vocacionales con olor a bosta (ingrediente necesario para " los defensores del campo"). Los que juegan de atrás, como siempre, son " las bases" del Jockey Club. Obligados a la alternancia entre las partidas de póquer y las denodadas movilizaciones en las que se arriesga la integridad de sus "cuatro x cuatro", los émulos de la " guerra de policía" contra el gauchaje vivaquean con la gringada de la Federación Agraria. A su vez, estos impulsores de la "pueblada del campo", controlan celosamente el rendimiento de la explosión sojera que los hace ricachones de boina y alpargata. Los otrora críticos acérrimos de " la negrada" cortadora de calles y rutas, se arrogan facultades policiales y examinan la procedencia, documentación y carga de los camiones en todo el país. De tal forma, la troupe circense afirma sus pretensiones de constituirse en un Doble Poder con atribuciones que son exclusivamente privativas del Estado. Al "campo" y a "la prensa libre" no podían faltarle el aporte de los bufones y perritos falderos de los partidos tradicionales. Las arengas de doña Lilita se funden con las recetas del cafetero Mauricio (momentáneamente alejado de su profesión de Cartonero Báez ), proyectando hacia todos los confines las soluciones que salvarán a la República: Nada de Retenciones, Nada de Intervencionismo Estatal, Nada de regulaciones a los Capitales. De ahora en más, gracias al "Paro Patriótico", "dejar hacer", "dejar pasar", o sea Palo y a la Bolsa para los amigos de Patria Financiera, de la Patria Prebendaria, de la Patria Contratista, que en síntesis constituyen la secular Antipatria de sus amores. Y si algo le faltaba al CAMBALACHE DISCEPOLIANO, tan pletórico de ruralistas aventureros, comunicólogos desinformadores y dirigentes sin sustento político, la rutilante presencia de " maoístas" y " "trotsquistas" le brinda un toque exótico a la carnestolenda. La " Larga Marcha" hacia el ridículo se entrelaza con la proletarización de la Sociedad Rural, tareas en las que los muchachos siguen al pie de la letra las directivas de la CIA. Porque, bien se sabe, en América Latina las revoluciones son caricaturizadas por los provocadores y charlatanes de plaza. La culminación de estas pantomimas se expresarán cuando Luciano Miguens ocupe la Presidencia del Instituto de la Reforma Agraria, mientras que el dúo dinámico Buzzi- De Angeli dirija el coro "La Vida me Engañó". El Basurero de la Historia", ya plagado de los detritus que en las últimas décadas le proveyeron los fusiladores, entreguistas y vendepatrias, aguarda expectante a los protagonistas del "Paro Patriótico" y sus comparsas mediático- partidarias. Declaración de Principios de ALIA |
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