martes, 7 de agosto de 2007

Las Mañas de la Vieja Oligarquía


ARGENTINA: Las mañas de la vieja oligarquía

Enviado por: "Los Troncos"

Lun, 6 de Ago, 2007 12:08 pm

Las mañas de la vieja oligarquía
Por Víctor Ego Ducrot
Desde Buenos Aires Aprovecharon su exposición anual de vacas y enceres varios para decir que no quieren pagar impuestos y exigir que se les permita vender al precio que les plazca. Un tema conocido. "Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas.", dice una copla del mejor cancionero folclórico argentino. Y ello es así desde que este país se incorporó a la "modernidad" dependiente, hace más de un siglo. Los dueños quieren todo, y para la gente que trabaja, como en otra copla, española, pero al revés, sólo "mierda, mierda".
Tuvieron razón los funcionarios argentinos cuando entre el sábado y el domingo pasado criticaron a los dirigentes ganaderos y terratenientes, después que éstos aprovecharan al acto central de la feria anual de la Sociedad Rural Argentina -SRA- (entidad que apoyó todos los golpes de Estado), para criticar duramente al gobierno y demandar el no pago de "retenciones" (impuestos a las exportaciones, vitales para la cuentas del Tesoro fiscal) y la liberación de precios en el mercado interno de la carne, uno de los alimentos básicos de los argentinos.

Palabras más, palabras menos, el ministro de Economía, Miguel Peirano, y su colega de Interior, Aníbal Fernández, dijeron que los ganaderos expresan las demandas de la vieja derecha argentina. Y a nadie se le puede ocurrir que esos colaboradores del presidente pertenezcan a la izquierda.

Por su parte, el vicepresidente de la SRA, Hugo Biolcati, acusó a los funcionarios del gabinete nacional de padecer " diarrea verborrágica".

El diario La Nación -ultraconservador y casi un portavoz histórico de la SRA- no estuvo ausente. Este domingo, en una nota de opinión sostuvo que "el gobierno carece de una idea estratégica acerca del agro. No sería grave si no fuera la actividad de la que, en gran medida, vive".

El diario Clarín, el de mayor influencia y también conservador pero acomodaticio conforme se mueva el círculo de negocios y los consecuentes contactos con el gobierno de turno, señaló algunos datos que hablan por sí solos respecto de la voracidad de los ganaderos y los terratenientes argentinos.

Vale la pena destacar sus párrafos sobresalientes. "Hay un motivo excluyente por el cual los economistas retocaron muy poco a la baja sus pronósticos de crecimiento para este año, a pesar de la restricción energética y del temblor financiero internacional: el muy buen momento del campo".

Según una estimación de la Bolsa de Cereales de Rosario, en 2007 entre granos, harina y aceite se exportarán más de 70 millones de toneladas. La cosecha récord explicaría, según el cálculo de economistas entre un 0,5 por ciento y un 1 por ciento del aumento del 7,5-8 por ciento del PBI que se perfila para este año.

En el corazón de este gran negocio se encuentra un ciclo internacional del precio de las "commodities" que aún no encontró su techo. "Los valores del trigo, soja y maíz se encuentran en promedio un 40 por ciento por encima de lo que estaban el año pasado. La buena noticia para la para Argentina es que hay una demanda creciente de los productos que exportamos, dice Bernardo Kosacoff, director de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)", subrayó el diario cuya propietaria fue en su momento sospechada de apropiación de bebes secuestrados por la última dictadura militar.

Los productores agropecuarios lamentan no poder aprovechar a pleno este excepcional contexto de precios, por las retenciones, los cupos a las exportaciones y la intervención del Gobierno en el mercado.

"¿Cuánto dinero hay en discusión? Si se confirman las proyecciones por la cosecha récord, ingresarían al fisco en concepto de retenciones unos 4.000 millones de dólares. A eso hay que sumarle 1.200 millones de dólares adicionales que, según una estimación del vicepresidente de CRA, Néstor Roulet, representaría la diferencia entre los precios internacionales y los locales en los mercados de carne, leche y trigo. Del otro lado, los reclamos del campo chocan contra la necesidad del Gobierno en dos áreas sensibles de la política económica: inflación y cuentas fiscales. Las producción agropecuaria pega de lleno el en rubro Alimentos, el de más alta ponderación (31 por ciento) en la canasta del IPC. Y las retenciones se vuelven irrenunciables si la holgura fiscal cede en los próximos meses por el aumento del gasto preelectoral y porque el costo financiero se disparó con las turbulencias en los mercados internacionales", subrayó Clarín.

05|08|2007

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