miércoles, 29 de agosto de 2007

UNA FLOR PARA SUSANA VALLE


UNA FLOR PARA SUSANA VALLE
Este domingo, 2 de septiembre de 2007 a las 11, en el cementerio de Olivos, frente a la bóveda donde descansa junto a su padre asesinado por la dictadura genocida de Aramburu y Rojas; y a sus mellizos asesinados por la dictadura genocida de Videla y Massera, estaré para ofrecerle simplemente una flor y mi recuerdo.
Invito a todos quienes me quieran acompañar a que así lo hagan y que simplemente hagamos eso, llevemos una flor, ella era así, simple y concreta, valiente y heroica cuando hizo falta.
No se ha invitado formalmente a nadie, ni autoridades, ni candidatos, no habrá seguramente- medios que cubran, simplemente así­ boca a boca, militante a militante, el que quiera venir que venga, bajo la consigna "UNA FLOR PARA SUSANA"
Porque este 2 de septiembre hace exactamente un año que la querida Susana Valle se unió al comando celestial, donde tantos cumpas la esperaban para abrazarla y compartir con ella recuerdos, charlas, luchas y utopías.
No se fue, porque ella continúa en el recuerdo de todos aquellos que la hemos conocido, de quienes disfrutamos su presencia y admiramos desde siempre su nombre, un símbolo vivo de la resistencia peronista.
Susana era el peronismo que Evita definió "el peronismo será revolucionario o no será nada"
Quince años vivió junto a su padre héroe, el Grl. Juan José Valle; disfrutó con él los diez años más felices de la Argentina de Perón; compartió a su lado la lucha por la recuperación de la soberanía popular avasallada por la dictadura de Aramburu y Rojas; estuvo a su lado en la penitenciarí­a de Av. Las Heras hasta el último minuto -previo a su asesinato por las balas de revolución fusiladora-.
Desde ese mismo momento formó parte de la resistencia peronista, se convirtió en sinónimo de peronismo y de resistencia, integrando, con un rol político, tanto las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) como la conducción del Partido Auténtico, una organización de superficie del Movimiento Peronista Montonero.
En las malas, ella siempre estuvo.
Logró esconderse de la última dictadura en los años 70, y se casó; el genocida Menéndez la mandó a prisión clandestina en 1978, donde fue sometida a torturas y vejaciones; con la misma templanza de su padre, también ella fue inquebrantable, aún cuando, en una de las tantas las sesiones de tortura, perdió soportando la picana- su embarazo de mellizos.
Un año más tarde tuvo a su única hija, Soledad, a quien protegió hasta el último aliento, junto a sus ocho nietos.
Es inolvidable su risita cómplice y su mirada picara cuando, compartiendo un trago o un café, ella solía recordar: "Estuve presa antes de tener la llave de mi casa"; o con una estampida risueña nos contaba que en aquellos años de persecución y genocidio: "cuando explotaba un cohete o se í­a el estallido de una sidra descorchada, veí­an y me ponían en cana. . . por las dudas".
En las buenas, jamás ocupó ningún cargo, ni fue candidata, ni convocada.
En las buenas no la tuvieron en cuenta, la ningunearon, la ignoraron.
Cuando presentó su pedido de reparación (año 1999) por todo el tiempo de detención ilegal, que le otorgaba la Ley 24.043 le fue rechazado, fundamentándose que no se podí­a comprobar el tiempo que estuvo privada ilegí­timamente de su libertad; y al solicitar el beneficio que le concedí­a la Ley 25.192, por la muerte de su padre héroe (año 2000), a la fecha aún no le fue concedido ni a ella -entonces-, ni a su hija Soledad actualmente-, aduciendo que no presentó la declaratoria judicial que determine que Susana Valle era la heredera del Grl. Juan José Valle¦; su hija y sus nietos aún esperan que el Secretario de Derechos Humanos (que la fue a despedir, compungido, el dí­a de su velatorio) alguna vez firme la resolución que les permita percibir esa reparación económica, mas allá de formalidades estupidas.
Saben que, me la imagino hoy a Susana, ya sin dolores ni enfermedades, sin necesidades básicas que cubrir, sin hambre que la acose, sin falta de vivienda que la acompañe, simplemente disfrutando la compañí­a de su padre, del mío, de todos los compañeros y compañeras que la precedieron en el ingreso al comando celestial y diciéndome:
"Y bueno Daniel, los cumpas son así­ no te calientes tanto chiquito, deja, alguna vez se acordarán".
COMPAÑERA SUSANA VALLE
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE


Daniel Brion

No hay comentarios.: