miércoles, 8 de agosto de 2007

UN artículo de Eduardo Pérsico

Subject: Opinión:Una derecha de medievales, tirifilos y tilingos

Opinión
Argentina
Una derecha de medievales, tirifilos y tilingos
*Por*: Eduardo Pérsico
06/08/2007
Tirifilo y Tilinga se encuentran tarde a tarde por Florida, Corrientes,
Reconquista y Maipú. Tirifilo es atleta, católico, aristócrata, le importa
un gato muerto de todo lo demás. Dante Linyera.
Por cierto reflejo condicionado los grupos del privilegio viven reclamando
mayor seguridad para sus vidas y haciendas, sintetizando así su ideología
que rebrota con mayor vigor cuando divisan algún 'contrario'. Mejor digamos,
si asoma alguien con discursos y semblanzas de alguna modernidad política y
para la convivencia humana. Eso crispa y enfurece a esa Derecha tilinga
enemiga de la evolución, hasta negadora de que sin cambiar la distribución
de la riqueza la inseguridad crece por matemática. Nadie los convence de que
ese peligro por la desigualdad no se reduce queriendo volver al absolutismo
y los preceptos previos a la Revolución Francesa; ellos niegan que el hambre
es el hambre y ninguna religión o palabrerío evitarán que el hombre sea una
especie que muere si no come y desaparece si no se aparea. Y si ningún santo
padre el domingo dispone lo contrario, eso es así.
De manera constante y no sólo en América Latina, los grupos de mejor nivel
económico, - inmediatos de Los que Mandan- 'peticionan ante las autoridades'
y usan cualquier herramienta para quitar de su entorno no a la miseria, pero
sí a los miserables. Que al fin son quienes molestan. Y Entonces, desde los
púlpitos compinches donde se reza por volver al absolutismo y a la
esclavitud, los Muchachos Derechistas templan su espíritu contra lo opuesto
a sus intereses de clase, y aunque 'igualdad, libertad y fraternidad' sean
hoy apenas tres palabras, despreciada 'fraternidad' no se ven saludables
'igualdad' ni 'libertad'. Y menos desde cuando el liberalismo económico
globalizador decretó 'el fin de la historia' para las grandes mayorías del
planeta.
En la Argentina y tras la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912, que iniciara
realmente el régimen de partidos políticos con el voto masculino secreto y
obligatorio, la Derecha fue autoritaria y golpista ni bien comprendió su
discapacidad para organizar una fuerza democrática y representativa que
accediera al gobierno por el voto popular. Su actitud mandona limitó siempre
a esos conservadores para dialogar sin proferir amenazas ni conceder
negociando civilizadamente. Un encierro conceptual que de algún modo los
enorgulleció durante décadas en tanto heredaran la concentración económica
de la pampa húmeda y el patronazgo del puerto de Buenos Aires. Dos
'pequeñeces' en su haber que a esos anteriores tirifilos les sobró para
fijar sus condiciones, hasta que al crecer en el país algunas ideas
progresistas empujadas por la participación popular, la Derecha, sin
distingos, propició y ejecutó el golpe del año 1930 contra el gobierno
radical de Hipólito Irigoyen. Escenario que mostró unidos trivialmente, -
ver fotos- un elenco de figurones militares, católicos fanáticos y
delirantes tradicionalistas del 'no s€ é de qué se trata', que pronto
mostraron no ser idóneos para crear una fuerza representativa moderna y
democrática. Igual, luego de esa mascarada actuaron en el golpe militar de
1943 hecho por 'el glorioso ejército católico argentino', que como
contribución moral prohibió los tangos lunfardos, (entre ellos "Mano a
Mano", de Celedonio Flores) y antes de echar al gobierno de Perón bajo el
lema 'Cristo Vence', denigraron a Eva Perón escribiendo 'viva el cáncer'
antes de su muerte y en junio de 1955 ametrallaron al gentío en Plaza de
Mayo. Dos mariconadas propias de esos tipos. Después, en 1966 gozaron la
caída del radical Arturo Illia por el empuje de los 'cursillistas católicos'
guiados por un tal general Onganía, que tuvo su rol más célebre al entrar en
un carruaje antiguo, -un land€ó, bien de opereta- en la exposición de la
Sociedad Rural donde fue ovacionado por los mismos dirigentes de la Rural
que el sábado 4 de agosto del 2007, merodeando con razones que la razón
nunca entiende, exigieron que los argentinos paguen la carne a precio dólar
y que ellos no quieren pagar impuestos.
Aquellos ilustrados 'cursillistas católicos' de 1966 defendieron su alma
allanando amuebladas, prohibiendo toda película o dibujo novedoso que no
entendían y atronando persecuciones fascistas por universidades y lugares
afines con la inteligencia; ver Noche de los Bastones Largos. Pero como
tampoco ahí los tirifilos articularon una entidad política en serio, luego
que el peronismo volviera en 1973, ellos bien sumisos al Departamento de
Estado norteamericano y sin chances de alcanzar lícitamente el gobierno,
mostraron su perfil más perverso actuando con sus hijos de 'noble apellido'
y más siniestros, en el gobierno militar y asesino de 1976 a 1983. Así las
cosas, ningún analista de la realidad argentina ignora en esa clase social
la vocación más cerril y retrógrada de quienes ni por 'delicadeza' con el
mundo contemporáneo archivan sus ideas medievales. Y que hoy mismo avalan
candidatos que opinaron contra la anulación de los indultos; una dádiva
principesca antijurídica; y las leyes de punto final y obediencia debida
otorgada a los torturadores y asesinos de Videla. Desechando que al oponerse
a leyes donde no prescriben los crímenes de lesa humanidad aceptan su
complicidad con Camps, el turco Julián, Etchecolatz y los ladrones de bebés.
En tanto nos parece precipitado creer que el PRO, el partido político que
con Mauricio Macri ganó las € últimas elecciones en la Capital Federal, sea
una entidad política a la europea, - eso no lo exime- y que sus dirigentes
aspiren a consolidar una fuerza democrática dispuesta a competir siempre en
el campo electoral. Que Macri pertenezca a una familia de la llamada Patria
Contratista no lo inhabilita, pero algo molesta que con un hábil manejo
publicitario y pese a ser un diputado nacional sin asistencia a una sola
reunión de la Cámara durante dos años, ganara con holgura el cargo de jefe
de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Algo que no es poco, sepamos, pero
muy agrandado el hombre ya antes de asumir litiga con dureza al gobierno
nacional por el paso a su jurisdicción de la Policía Federal; un ente
financiado por el Estado Nacional al que aportan el resto de las provincias.
Así que fiel a su estilo, los mandantes del PRO, con el mismo tono usado por
la curia y los ganaderos, intiman al ejecutivo nacional a terminar con el
tratamiento parlamentario y otros inconvenientes, para que la Policía
Federal deje de ser Federal de inmediato. Esa inevitable gestión republicana
incita al futuro jefe de gobierno de Buenos Aires a entrevistas con el
cardenal Bergoglio, referente mayor de los católicos que sostiene una
disputa estéril con Néstor Kirchner, un presidente que sin merecer grandes
ovaciones demuestra que congeniar con la Iglesia Católica no es
imprescindible al cumplir el mandato dispuesto por la gente, religiosa o no.
Algo independiente en otras de sus gestiones, para revalidar que los
gobiernos legítimos están encima de toda otra jerarquía, por más que venga
del cielo.
Ahora bien,¿qué enfurece más a la derecha, no sólo en Argentina? Pues la
actual América Latina, reservorio de recursos naturales al que deberán
recurrir más temprano que tarde los países poderosos. Y donde esos mismos
'países ricos' siempre invasores, para imponer su voluntad añoran a otros
personajes que hubieran dicho SI a las condiciones del ALCA traídas en el
año 2005 personalmente a Mar del Plata por el presidente Bush, y le
rechazaron. Los países ricos extrañan a gobiernos amables al libre albedrío
de los laboratorios extranjeros dueños de cualquier derecho en el 'negocio
de la salud'; quieren presidentes en la región menos complejos para el
Imperio y sus servidores locales, y rechazan al Correa de Ecuador, al
insultante Chávez de Venezuela o al indígena Evo Morales que se permite
discutir el precio del subsuelo boliviano. La tradicional Derecha requiere
gobernantes obedientes al Poder y no que organicen integraciones regionales
como el MERCOSUR sin aprobación de las multinacionales. Y que en la
Argentina, si interesa un negocio inmobiliario gigantesco en la ciudad de
Buenos Aires, que el gobierno ya mismo se ocupe de los miserables que viven
en el lugar y dilatan la operación. Esas son las ciertas inquietudes más
otras tilinguerías que publican los diarios tradicionales, en cuanto al
Poder muy poco le preocupa la gente y no hay Derecha que se oponga a eso.

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